Deberíamos pararnos frente a la gente a la hermosa y decirles: Gracias por hacerlo, gracias por hacer de este mundo un lugar mejor.
Situarnos frente a ellos y empezar (volver) a reconocer la bondad.
Quizás no caímos en el que la bondad se cuida.
Reconocer es una forma de cuidar.
Decirle a la belleza que es hermoso tenerla cerca, es el antídoto contra el olvido.
Decir es el antídoto contra el olvido.
Quizás creímos que las cosas se cuidan solas. Que no hace falta.
Quizás subestimamos el poder de la sombra, de la estupidez y la maldad humana.
Pero vemos que no.
No hay mayor castigo que no ser reconocido.
No hay peor destino que robarle a la Rosa la atención que merece.
La Flor muere sino es vista.
La Bondad también.
Todo se cuida. Se nombra, de mima, se acaricia.
Decir es el antídoto contra el olvido.